Fotografiar Rapaces
Nocturnas en libertad siempre es un reto y también un placer.
En este caso
intentar incluir el escenario y ambiente donde noche tras noche este Búho
Chico campea a sus anchas, bien en busca de alimento o reclamando su territorio
rompiendo el silencio nocturno complicó o “complicamos” más esta toma.
Se usaron
siete flashes con distintos escalones de potencia para iluminar el ave y el
entorno que se encontraba a la sombra de la luna, ésta iluminaba de forma
diferente dependiendo de la hora las paredes de la pequeña Ermita.
Al pasar por
el lugar previsto el haz de la barrera de infrarrojos disparó la cámara y
flashes con una exposición de 575 segundos y un diafragma de f 11 calculado
anteriormente para que en la fotografía fuera visible el rastro dejado por las
estrellas y no quemara las paredes de la Ermita.
Sin la ayuda de José Manuel
Castrillo en la preparación, espera y avituallamiento) esta foto no hubiera
sido posible.
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